En familia
Apenas pasaban unos minutos de las doce de la noche del ya (por fín!) uno de enero del dos mil seis y mi madre hablaba por teléfono con algún familiar para felicitarle el año nuevo. En mi casa sólo cenábamos mi pequeña familia a la que se había unido U., después de que mi madre la convenciese, porque sus padres no estaban en mi pueblo y a ella le gusta pasar la NocheVieja allí más que en Zaragoza.
Mi madre, al teléfono, contaba quienes estábamos en casa y dijo: y una amiga de...
y yo pensé: bueno, así es como va a ser, no?
Y no me refiero sólo a los acontecimientos familiares sino a la vida cotidiana en general. Para los otros, esos otros que forman parte de tu vida, pero que no dejan de ser los otros, siempre será, sea quien sea, la amiga de...
Podeis llamarme tonta pero no me lo había planteado así.
Y sentí esa extraña sensación de pesadez y ahogo que deja la realidad asumida. Y fue muy triste.
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