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La geniera...y otros cuentos

Gafas

Gafas

El miope a lo largo de su vida se enfrenta a varios momentos bochornosos que, no por repetirse cíclicamente, resultan más llevaderos. La mayor parte de ellos suceden cuando por diversos motivos te hallas sin gafas. Existen mil ejemplos pero el más típico se produce cuando sales del mar/piscina y no encuentras la toalla o a tus acompañantes (que en el caso del mar puede ser debido a que seas David Meca y empezaras a nadar en O grove y acabaras en Cartagena, cosa pelin improvable). Otro ejemplo muy repetido sucede cuando entras a un bar en invierno y la gente desaparece en una niebla espesa lo que te obliga a quitarte las gafas e intentar divisar a tus amigos (se ha dado el caso de miopes que hasta la tercera caña no se han dado cuenta de que su amigo Paco ha mutado en una rubia de escote pronunciado...bueno, o si XD).

Pero sin duda uno de los momentos estelares de desnudez gafil (me acabo de inventar esta palabra, no la busqueís) es cuando vas a la óptica a cambiarte la montura (o el kit completo: montura+cristales). Y ahí estas tú sin gafas, probándote ochocientos cincuenta mil pares (ni uno más ni uno menos) e intentando encontrarte en el espejo ese que te ponen delante (que nunca está demasiado limpio) mientras guiñas los ojos en un esfuerzo inútil. Aqui pueden suceder varias cosas en función de si has decidido ir sol@, haciendo alarde de autosuficiencia, o acompañad@, haciendo alarde de confianza ciega (nunca mejor dicho).

Si vas sol@ puedes fiarte de los sabios consejos de la dependienta o percatarte a tiempo de las horrorosas mechas rubias que luce sin pudor, sólo superadas por el color rosa chicle del pintalabios, y tomar tus propias decisiones. Craso error porque como no ves un pimiento y las monturas mutan en el lapso de tiempo entre tu mano (donde las ves) y tu cara (donde no) pues acabarás comprando algo que, en el mejor de los casos, no te favorece, o directamente odias a muerte desde el primer día.

Si vas con alguien la cosa no mejora. O conoces a alguien con exactamente tus mismos gustos? Pues eso. O bien sufriras una venganza a manos de tu madre (que te buscará una montura roja chillona de mariposa para darte un toque alegre porque toda la ropa que tienes es oscura, hija!) o tu amiga te elegirá las que se compraría ella (glup!).

No hay solución, ni término medio. Como mucho hay suerte. Así que.... no, no me deseis suerte porque ya me las he comprado (glup, glup!), deseadme paciencia (XD).

 

Los miopes somos una gente muy sufrida. Deberíamos estar subvencionados por la Unión Europea o tener una pensión vitalicia a cargo del Estado o algo.

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