Golpes bajos
En apenas tres semanas he recibido tres puñaladas como tres soles. No me quejo, me las merecía todas.
Mi prima, la de la boda: me sobraban cien personas y me faltabas tú, me dijo, y a mi se me cayó el alma al suelo. Y me sentí ridícula por los motivos que me hicieron no ir y tonta por dudar de ella.
Mi amigo E. y su novio R. este puente en la playa Pita (XD). Mi amigo es mejor persona desde que está con él. La felicidad tiene esas cosas. Y porque supé en ese momento lo que quería (si, lo que todos, soy poco original).
Mi amiga U. que se va de Zaragoza. No me ha pillado por sorpresa, lo sabía, nunca le ha gustado la ciudad. Todavía no se ha ido y ya la echo de menos. Incluso me he acostumbrado a su ausencia, lleva dos semanas aquí y no la he llamado. Yo es que soy así.
Y he descubierto un tipo nuevo de tristeza que no es triste pero que ahoga igual y que en vez de hundirte tira de ti hacia arriba.
Veremos.
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