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La geniera...y otros cuentos

Arf?

Hace frio y ha llovido. No me gustan las tormentas. Me dejan mal cuerpo. Como una desazón.

Pero el fresco se agradece. Cuatro días despertándote flotando en tu propio sudor son suficientes.

Mi madre no está. Se fue ayer. Te acostumbras a lo bueno y volver al pack básico de que las cosas no se hagan por arte de magia cuesta. Cuando era pequeña siempre dejaba algún juguete en la mesilla al acostarme. Normalmente eran los clicks de Playmobil. Es que a mi no me gustaban las muñecas, que le vamos a hacer. Comparar las prestaciones de un fuerte o un barco pirata o una nave espacial y los mil accesorios intercambiables con...con....que demonios hacía una muñeca? Las de ahora supongo que de todo pero las pocas que yo tuve cerca de niña (mis padres optaron rápidamente por comprarme cosas que realmente usase) eran un rollo descomunal. Me voy por los cerros....

Pues eso, que de pequeña dejaba mis clicks con sus escopetas y sus armaduras en la mesilla para que lo primero que hiciera nada más levantarme fuese jugar con ellos y... a la mañana siguiente no estaban. Nunca estaban.

Así sucedía todo y no suponía un trauma infantil el hecho de no poder explicar porque aparecían y desaparecían las cosas. Porque claro, yo nunca jamas pregunté por qué? o cómo? Yo pensaba y analizaba el contexto hasta que llegaba al absurdo y entonces pasaba del tema. No he cambiado mucho. Analizo hasta... y paso.

Y no sé porque he escrito esto teniendo en cuenta como empezó este post y el desasosiego que tengo pero...ahí queda.

 

Geniera modo Arf

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