¿Por qué todos los cursillos de natación para niños parecen un campamento militar?
Juro que cada vez que la monitora graznaba mi nombre me daban ganas de cuadrarme.
PD: Pobrecica la niña que se llamaba como yo, la tenían frita!
Juro que cada vez que la monitora graznaba mi nombre me daban ganas de cuadrarme.
PD: Pobrecica la niña que se llamaba como yo, la tenían frita!
Y los auriculares también...
Seré yo?
Me ha crecido un quinceps encima del biceps... lo juro...
Y no, no es edad mental, es edad blogueril.
Geniera modo Japiberdeitumi!
No todo entero... sólo mi perfil.
Me hubiera gustado poder darle con un martillo, pero me he tenido que conformar con darle a un botón.
Arf!
- Estás más delgada.
- Pues peso lo mismo...
- Ves, si ya te decía yo que se te notaba...
... o que directamente se la pelas.
La cuestión es quejarse...
...porque de algo hay que morirse y Ani DiFranco fumar es muy lento.
(Aunque una versión del "A tu vera" (O_O) de las Undershakers también ayuda.)
So pena de otros usos del susodicho instrumento en las figuras de padres y educadores.
Si quieres que yo te quiera,
ha de ser a condición,
de que tengas en la mesa,
lleno de vino el porrón.
En la botica, no hay medicinas,
sólo las vende Juan en la cantina.
Con un cuartillo de zumo de uva,
dice Juanillo que todo se cura.
Que todo se cura, no hay mejor remedio
que un litro vino, o litro y medio.
Un camello está tres meses,
trabajando sin beber.
Yo también aguantaría,
pero haciéndolo al revés.
En la botica, no hay medicinas,
sólo las vende Juan en la cantina.
Con un cuartillo de zumo de uva,
dice Juanillo que todo se cura.
Que todo se cura, no hay mejor remedio
que un litro vino, o litro y medio.
Unos beben por placer,
yo bebo para olvidar,
y tanto empeño le pongo,
que me olvido de pagar.
En la botica, no hay medicinas,
sólo las vende Juan en la cantina.
Con un cuartillo de zumo de uva,
dice Juanillo que todo se cura.
Que todo se cura, no hay mejor remedio
que un litro vino, o litro y medio.
"Jota de la Cantina" ("Por tabernas y cantinas" Candeal)
...si le sale pelo le hago una foto.
Y los trajes no sé, pero las cañas las pagaba él.
Yo no odio. No, no es que sea una persona bondadosa incapaz de odiar, más bien soy una persona vaga. Odiar exige una concentración y, sobre todo, una constancia que no poseo. Además requiere un cierto grado de envenenamiento emocional que ya no me permito... casi nunca.
Pero eso no quiere decir que perdone ni, mucho menos, que olvide. Mantengo una actitud de odio pasivo, aletargado, una bala en la recámara esperando un blanco.
Para ello tengo una escueta lista (mental, se entiende; mi grado de paranoia todavía no me da para tanto) de personajuchos que si, por esos giros de guión inesperados de la vida, su felicidad llegara a depender, directa o indirectamente, por acción o por omisión, de mi, morirían infelices.
Es curioso como en la más absoluta monotonía algo destaca. Algo que llama tu atención y te hace mirar como si fuera la primera vez. Entonces ves a otro haciendo lo que tú haces, sin dejar de hablar o de leer el periódico, sin salirse de su propia monotonía.
Gestos como subirse las gafas por el marco en lugar de empujando el puente con un dedo o limpiar cuidadosamente la cucharilla del café en la taza antes de apoyarla en el plato o chasquear los dedos sin que apenas suene. Son cosas que no dicen nada de ti, que no te identifican en absoluto, pero al verlos en otra persona te hacen sentirla más asequible, menos extraña.
Lo hacemos para acercarlos (a los otros) más a nosotros, para hacerlos más nuestros, pero nos equivocamos al simplificarles, al cosificarles para poder abarcarles, porque no lo son, no son simples, ni abarcables...
...a mis queridos amigos de la Agencia Tributaria por obligarme, con esa amabilidad administrativa que les caracteriza, a realizar un trámite completamente innecesario, vacuo y repetitivo por cuatro perras.
Lo apuntaré porque fijo que al año que viene me toca otra vez...
"Si, mujer, que su hermano es fulanito... que tiene una tienda en la calle Mayor..."
Y no todo es opinable, hombre ya!
También podría decirse que casi los tiro, pero prefiero quedarme con mi versión de los hechos...