Tirorí tirorí... pom porrom pom pom
Odio a todos los que ensayan para la semana santa, aunque sea con una carraca.
PD: Si, el lunes fue mi cumple, pero es que era lunes.
Odio a todos los que ensayan para la semana santa, aunque sea con una carraca.
PD: Si, el lunes fue mi cumple, pero es que era lunes.
Debe de haber
uno en Endesa,
dando palmas
con las orejas.
¡Viva yo!
Y no, no es una demostración de resistencia al frio, es que me molestan las mangas del pijama.
A veces la respuesta más personal/egoista es la más correcta.
Como parece que han desaparecido algunos artículos de este blog, entre ellos el último, pues vuelvo a dejar constancia de mi propósito de año nuevo por si en trescientos cincuenta y tantos días se me olvida.
El año que viene lo voy a empezar trompa.
Ahí queda.
Nos compadecemos mútuamente.
Una, que va al Auditorio porque se lo pagan, cuando se aburre en los conciertos se dedica, como en misa, a cosas tales como contar el número de miembros del coro (cincuenta y tres mujeres y cuarenta y seis hombres); no perder de vista a una violinista cuyas manos interpretaban un vals mientras el resto de su cuerpo bailaba la Macarena y, justo detrás de ésta, a una del coro a la que se le distinguía a la perfección la cara de psicópata desde la séptima fila del anfiteatro par en donde estaba yo sentada al lado de un caballero con unos, algo más que serios, problemas respiratorios, por decirlo educadamente, porque en realidad era como si roncara despierto, de hecho yo he dormido en habitaciones plagadas de gente que hacían menos ruido; todo ello intentando hacer traducción simultánea de la soprano, que entraba en escena moviendo el vestido de noche como si fuera a bailar un cancán, y que perpetraba sus partituras en una, más que meritoria, fusión de Moldavo con acento de los Urales y Klingon, poniendo gesto de ardilla dramática y moviendo muy rumbósamente los brazos, aunque sin llegar al alarde de movimiento de la violinista, mientras su partenaire permanecía clavado al suelo, literalmente, interpretando las mismas piezas en su castellano original y con un perfecto acento de Valladolid.
En cuanto a Madrid sólo puedo decir que debido al manto de aguachirri que cubría todas y cada una de sus aceras, acabamos en el Reina Sofía viendo una exposición de constructivistas rusos de principios del siglo XX de los que lo más sorprendente es, sin lugar a dudas, que el régimen comunista de la época no les fusilara al amanecer.
¡Viva el AVE!
(Y viva mi madre XD)
...pero todo se andará, que ya se sabe, según la lógica imperante, que empiezas con un porro y acabas en las barranquillas metiéndote todo lo que no corre más que tú...
¡Viva el invierno! (que no la Navidad) Vivan los abrigos, la mantita en el sofá, el café caliente y los calcetines gordos!
He comido en un restaurante del centro (semivacio por las pintas de guay, que no por el precio), después he visitado el Gran Casa rodeada de adolescentes hiperhormonados (a los que habría que matar sin discriminación alguna) y he acabado en el Carrefour comprando mazapán de Soto (que es un producto del infierno, junto con los caramelos de toffee y las palomitas recubiertas de caramelo).
No sé cual de las tres cosas me producen más desazón... me estoy volviendo normal!
Y deberían prohibir, por ley, noviembre y madrugar... y los caramelos de toffee y a la gente que no te deja sentirte segura ni en tu propia casa.
Ya tengo cafetera pero como en las instrucciones de uso pone que tengo que hacer café tres o cuatro veces antes de que salga en condiciones pues sigo descafeinada perdida, por lo que se aconseja vívamente que todo el que tenga que tratar conmigo siga haciéndolo como si manejara uranio enriquecido iraní, muchas gracias.
Y yo no sé porque me sigo molestando...
PD: Me voy a Correos a por una carta, a ver si alguien me trata mal y se me pasa la tonteria de golpe.
Mañana lo haré por la crisis del cine español y el miércoles por los problemas del sistema educativo... todo temas de máxima actualidad.
Perdón por el retraso, no ha sido por crear expectación, es que soy una vaga redomada XD
El sueño tenía lugar en mi colegio, probablemente en alguna de las aulas en las que dí entre 3º y 5º de EGB (porque una tiene ya edad de haber hecho EGB), cuando todavía tenía un nombre políticamente incorrecto (por decirle algo bonito). Y en él aparecía toda mi quinta pero no con sus correspondientes nueve añitos sino con sus actuales titantos (hay gente a la que los años no les han hecho justicia y, sobre todo, hay gente a la que los años no les han hecho personas).
Estábamos dando clase o siendo examinados de algo que no recuerdo, sentados ridículamente en aquellos pupitres de contrachapado color indefinible con cestilla metálica lateral, y de repente se escuchaban unas explosiones acompañadas de sus correspondientes gritos. Al asomarnos por la ventana (aquellos enormes ventanales que daban, y siguen dando, a la carretera) veíamos pequeños fuegos dispersos y algún tipo de manifestación. Pero lo más curioso es que no parecía un ataque terrorista, ni alienígena, ni nada por el estilo, no... parecían, como decirlo... las Fiestas Patronales.
Y ya en el cenit del sueño, sospecho que justo antes de tirarnos a la calle a celebrarlo (lo que fuera), apareció de la nada un tractor (de los antíguos, nada de cabinas ni aires acondicionados) dirigido por un tipo en bolas (no completamente... llevaba botas) que lo conducía con un pie mientras bailaba encima del asiento, bebía a morro de una botella y cantaba, ante la desencajada mirada del dueño del tractor que le perseguía gritándole de todo menos guapo.
Y entonces me desperté.
Revuelta de agricultores? Caravana de mujeres pirotécnicas? Celebración del enésimo año consecutivo que toca la lotería en Soria? Ahí lo dejo.
Hoy finaliza el "retiro voluntario" y dejo de estar sola en casa hasta...
...qué pena, no?
Como se arranque a cantar no respondo.