Andar sobre tus propios pasos no es avanzar, pero tampoco es retroceder
Ayer caminaba sin rumbo, ni motivo, alrededor de mi barrio. Necesitaba tomar una de esas decisiones que no se meditan delante de un folio, a dos columnas, con sus pros y sus contras. Necesitaba poner la mente en blanco, la música a tope y en medio de todo el ruido dejar que lo que tuviera que flotar, volara y lo que tuviera que caer, se hundiera.
Con la decisión ya tomada, y como si alguien se hubiera dado cuenta, salió el sol de entre un millón de nubes.
Y es una pena que no crea en las señales (excéptica que es una) porque ésta era una de esas que no se puede ignorar.
2 comentarios
la geniera -
(Gracias por comentar marga ;) )
marga -
^^