No voy a volver cometiendo la horterada de desear Feliz Año Nuevo vía blog
Esas cosas ya las hago por mail, sms y mayormente en directo.
Asi que empezaré contando que en mi escalada contracultural, el día de NocheVieja (o la noche más bien) opté por quedarme en casa (ya lo hice el año pasado aunque en esa ocasión fue más un "no puedo ni con los higadillos" que un "por mis huevos").
Estuve viendo un poco de Buenafuente y otro poco de zapping-refrito-gala en plan deja vù constante con los mismos "artistas" en todas las cadenas.
Y ya cuando los energúmenos que poblaban mi calle (y el local infernal de enfrente de mi casa) bajaron un poco el volumen (y sobre todo cuando se les acabaron los petarditos) me fui a la cama.
Y sólo voy a añadir dos cosas. Una: que no me había dado cuenta de lo realmente tarde que se emiten los saltos de esquí (casi a las dos!). Y dos: empezar el año sin resaca, sin que todo te caiga al estómago como un yunque oxidado y pudiendo salir a la calle antes de la caida del sol resulta demasiado tentador como para prometer que el año que viene (si todavía andamos por aqui) no lo empezaré del mismo modo.
Veremos.
0 comentarios