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La geniera...y otros cuentos

Yo

Yo también sé jugar a esto

Yo también sé jugar a esto

Consiste en esperar. Y cuando ya crees que has esperado bastante, entonces esperas un poco más.

Lo llaman "Manejar los tiempos" y te acabas de topar con una experta.

He ido reduciendo objetivos y lo único que he conseguido es eso, tener menos

He ido reduciendo objetivos y lo único que he conseguido es eso, tener menos

En los últimos años he optado, como política vital, por procurar no hacer todo lo que no me apeteciera hacer con la excusa de que ya hacía bastantes cosas que no quería como para tener que hacer también las que podía evitar.

Pero ese razonamiento, que me proporcionaba merecidos (desde mi punto de vista) descansos, partía de una premisa que con el tiempo se ha ido convirtiendo en falsa o, al menos, en inexacta. Y es que ya hace algún tiempo que el número de cosas que hago por absoluta obligación, y sin poder remediarlo, excasea.

Reconozco que, en una mezcla de absoluta comodidad y total egoismo, no había querido darme cuenta.

Encontrado el fallo sólo falta hallarle solución. La pregunta es: quiero?

A un/a ex no se le debería preguntar jamás nada más íntimo que la hora

A un/a ex no se le debería preguntar jamás nada más íntimo que la hora

Y que no te rechinen los dientes al hacerlo, sólo prueba tu condición de "persona civilizada", pero en forma alguna convertirá semejante aberración, acto antinatura donde los haya, en "normal".

Con uñas y dientes

Con uñas y dientes

Hace unos días, abocada irremediablemente al cumplimiento de un deber, contraido semivoluntariamente, y del que no tenía modo alguno, moralmente aceptable, de desembarazarme, acudió a mi rescate, en tiempo de descuento ya, de manera sorprendente, y por supuesto involuntaria, mi propio cuerpo, dándome una excusa a la que me aferré con todo lo que tenía.

Y no pude evitar acordarme de aquella mañana, muchos años atrás, en la que literalmente hundida e incapaz de respirar, se me apareció de la nada el fornido brazo del monitor de natación y seguido de éste, su cuello, al que me agarré, aún no sé como, impidiéndole que me soltara hasta que ambos, él por su propio pie y yo convertida ya en otra extremidad, nos alejamos lo suficiente de la piscina.

Instinto de supervivencia en ambos casos, si; justificable por la situación y la edad en el segundo (primero en el tiempo), y un acto de miserable cobardía en el primero.

Voy, obviamente, a peor.

Tengo, desde esta mañana, un móvil nuevo que me trae loca

Tengo, desde esta mañana, un móvil nuevo que me trae loca

Me lo ha traido, por cierto, un mensajero guapísimo, rozando lo ilegal.

Y yo, como no podía ser de otra manera, le he recibido con mis mejores galas, osea, en pijama y cara de sueño.

Viva yo!

Me voy unos días, sed buenos... o no

Me voy unos días, sed buenos... o no

Febrero es un mes menos horrible que enero, pero sólo porque es más corto

Febrero es un mes menos horrible que enero, pero sólo porque es más corto

Tengo que ir al culo del mundo a la estación Intermodal a comprarme un billete de tren.

Ya sé que lo podría hacer por internet o incluso por teléfono pero, por mucho que me queje, la verdad es que me proporciona una excusa perfecta.

Este va a ser un artículo de los de antes: corto, sencillo y sin dobles sentidos

Hoy es mi cumple.

Está claro

Está claro

Enero es un mes horrible, por eso te obligan a empezarlo borrach@.

No dejará de importarme hasta que simplemente no me importe

No dejará de importarme hasta que simplemente no me importe

Sabes cuando abres una naranja con la mano y ésta se separa en dos mitades, nunca iguales, de gajos pegaditos unos a otros por un misterioso pegamento, que ríete tú de la mierda que llevan los postits, que hace que una vez separados unos de otros, con ese sonido velcro tan característico, nunca jamás vuelvan a pegarse?

Pues en eso ando.

 

Geniera modo Desgajamiento activado

De Reyes Magos y mentirijillas

De Reyes Magos y mentirijillas

Un día, hace muchos años, mi madre descubrió que un amigo de mi hermano se jactaba de conocer la verdadera identidad de los Reyes Magos. Así que decidió coger a mi hermano por banda para que no fuera el último pardillo de la pandilla en enterarse y evitar así que se burlaran de él.

Mi hermano, que por entonces contaba con nueve añitos de edad, tenía su propia versión de quienes eran los Reyes y ésta no tenía nada que ver con los señores de Oriente. A saber, mi hermano en su encantadora, pero lógica, inocencia, acostumbrado a ver caras conocidas (no olvidemos que una es de un pueblo) travistiéndose de los susodichos en la Cabalgata, suponía que cada año les tocaba, según algún tipo de sorteo, hacer de Reyes a tres padres de familia y por lo tanto ellos pagaban los regalos de todos los niños. Vamos, que si te tocaba, era una desgracia familiar en toda regla.

Mi madre le explicó la verdad advirtiéndole de que no me lo contará porque yo, pobrecita de mi, sólo tenía siete añazos, a lo que mi hermano respondió que yo ya lo sabía. Desconozco como podía saber mi hermano tal cosa pero, ante semejante revelación, mi madre no tuvo más remedio que venir a darme una explicación razonable.

Yo tenía mi propia versión de quienes eran los Reyes, y de como se las maravillaban para estar en todas partes a la vez, que, si bien no recuerdo, debía de ser menos lógica y más fantasiosa que la de mi hermano. Pero no le desdije. Supongo que me hizo sentir mayor que pensaran que ya lo sabía. Mayor y, sobre todo, más lista, y aquello resultó ser demasiado irresistible para mi ego.

Pero no seré yo quien le diga a mi madre que me fastidió (según la versión adulta) la Navidad un par de años antes de lo que me tocaba. Porque para mi, personita práctica y materialista, lo importante era recibir regalos, el quién y el cómo siempre fueron detalles irrelevantes.

No voy a volver cometiendo la horterada de desear Feliz Año Nuevo vía blog

No voy a volver cometiendo la horterada de desear Feliz Año Nuevo vía blog

Esas cosas ya las hago por mail, sms y mayormente en directo.

Asi que empezaré contando que en mi escalada contracultural, el día de NocheVieja (o la noche más bien) opté por quedarme en casa (ya lo hice el año pasado aunque en esa ocasión fue más un "no puedo ni con los higadillos" que un "por mis huevos").

Estuve viendo un poco de Buenafuente y otro poco de zapping-refrito-gala en plan deja vù constante con los mismos "artistas" en todas las cadenas.

Y ya cuando los energúmenos que poblaban mi calle (y el local infernal de enfrente de mi casa) bajaron un poco el volumen (y sobre todo cuando se les acabaron los petarditos) me fui a la cama.

Y sólo voy a añadir dos cosas. Una: que no me había dado cuenta de lo realmente tarde que se emiten los saltos de esquí (casi a las dos!). Y dos: empezar el año sin resaca, sin que todo te caiga al estómago como un yunque oxidado y pudiendo salir a la calle antes de la caida del sol resulta demasiado tentador como para prometer que el año que viene (si todavía andamos por aqui) no lo empezaré del mismo modo.

Veremos.

Por si me toca la lotería

Por si me toca la lotería

Que ha sido un placer y tal.

Vengo del centro, de perder la paciencia frente a la nueva plaga del siglo XXI

Los adolescentes.

Lo que más echo de menos de fumar es poder tener siempre algo en las manos

Lo que más echo de menos de fumar es poder tener siempre algo en las manos

Es curioso la cantidad de compañía que dan un paquete de tabaco y un mechero... y la desnudez que a veces se siente sin ellos.

 

PD: Y voy a dejar de hablar de tabaco que estoy hasta las pelotillas del ombligo de los anuncios de google

Ayer estuve a punto de pedirle al camarero un poleo menta con la leche fría

Ayer estuve a punto de pedirle al camarero un poleo menta con la leche fría

Y ese es mi estado mental actual que, siendo benévolos, podríamos definir como difuso y siendo realista asumiré como atontolinamiento total.

 

PD: Ayer España empató con Noruega (21-21, un empate de esos que sabe a victoria...pero victoria en plan Real Unión vs. Real Madrid) en el Europeo de balonmano femenino que se celebra en Macedonia y que Teledeporte tiene a bien ofrecer en diferido cinco horas más tarde emitiendo en su horario el apasionante Watford – Tottenham Hotspur de la Carling Cup que, citando a mi querida Elvira Lindo, me/nos chupa un pie.

Me voy a (volver a) cortar el pelo (corto corto)

Me voy a (volver a) cortar el pelo (corto corto)

Pero no hoy, ni mañana, ni...

Es como volver a fumar. Yo soy consciente de que voy a volver a fumar. En realidad no quería dejarlo. Lo dejé un día que se juntó con otro y luego con otro más y después me gasté una suma importante de dinero (porque las sumas de dinero siempre son importantes, sino sería un dinero a secas) en una estupidez por la que todavía hoy me autoflajelo a escondidas con los auriculares del mp3 sin la espumilla esa que llevan de funda ni nada... y para autopagármela (porque el dinero que gasté ya era mio) pues empecé a tener en cuenta lo que me estaba ahorrando en tabaco. Es un circulo vicioso de esos: dejé de fumar, me robaron me gasté un dinero en algo que no debía y que, para colmo, no me produjo ningún placer, asumí la deuda pensando en lo que me iba a ahorrar en tabaco y como me siento mal por el vil metal pues no fumo... y asín sucesivamente. En el fondo la culpabilidad es lo que me hace no fumar y no lo negro de mis pulmones. Así que cuando crea saldada la autodeuda es muy probable que vuelva a fumar. Pero mientras tanto...

Además sé que volveré a fumar porque poseo una personalidad adictiva de esas (esto de la personalidad adictiva es como la intolerancia a la lactosa o los soplos al corazón, te lo diagnostican según cruzas la puerta de la consulta; de hecho es autodiagnosticable, como el catarro... o las hemorroides). Un día me quedaré sin internet y sin tele y volveré a fumar. O a morderme las uñas. O a jugar al Buscaminas. No sé.

Que me gusta un cerro...

Pues eso, que me voy a cortar el pelo.

 

PD: Parece que los 1 de diciembre me ponen... será el frio -> 2005, 2006, 2007

Nadie

Nadie

Ayer me asusté. Que en sí mismo no es ninguna novedad porque siendo totalmente sincera reconoceré que todo me da miedo. Yo empezaría un artículo con un "Me da miedo..." y no lo acabaría nunca. O lo acabaría en un plis: "Me da miedo todo" y listo.

Iba por la calle caminando sin más. Dando una vuelta para no estar en casa. Un recorrido pensado antes de salir, que fue aumentando según me iba dando cuenta de lo pronto que regresaría si giraba aquí o allá o... Y así llegué al centro. Atravesé todo Jaime I y al llegar al paso de cebra para cruzar el Coso y pararme a esperar a que el muñequito se pusiera verde, durante un instante, perdí la vertical. Mi cuerpo se ladeó ligeramente hacia la derecha y tuve que echar un pie hacia ese lado para no caer. Agité la cabeza y medio mareada eché a andar con la intención de no pararme hasta llegar a casa. Cargué el peso sobre el lado izquierdo, porque seguía notando que me ladeaba, me desabroché el abrigo (con la nochecita que hacía) a ver si el frio me espabilaba, puse el mp3 a todo trapo, por si la rasca no era suficiente y saqué las manos de los bolsillos, porque una tiene la cabeza dura, pero no necesita comprobar dicha cualidad contra un bordillo.

Y ya no paré hasta abrir la puerta de mi casa.

Y me asusté por la situación en sí, porque marearse sin motivo no parece un síntoma de nada bueno, pero también por otras dos ideas que ocuparon toda mi cavidad craneal no dejándome pensar en las consecuencias de lo anterior. La primera, que no llevaba ni un miserable euro o abono transporte que me permitiera llegar a casa por otros medios que mi propia tracción animal. Y la segunda, que no llevaba absolutamente nada encima que me identificara: ni un carnet caducado de la universidad o de la biblioteca, ni tarjetas de crédito, ni una mala agenda, ni un bono mes del bus... nada (supongo que un mp3 lleno de música inclasificable no me identifica... a pesar de que dice mucho de mi... aunque no se que hubieran pensado de mi si me encuentran hace unos meses cuando tenía la mitad del Caribe Mix 2007... y tal).

Y me vi allí en medio de la calle espatarrada, inconsciente y siendo...

Si claro, soy la que le estuvo comiendo la boca (y todo lo que pudo) a tu amiga durante algo más de un mes

Si claro, soy la que le estuvo comiendo la boca (y todo lo que pudo) a tu amiga durante algo más de un mes

Me suena tu cara, me dijo. Y yo pensé...

Pero no creo que fuera de eso.

 

Geniera modo Emoticono silbando

He descubierto que a mi lo que me engorda es dormir

He descubierto que a mi lo que me engorda es dormir

Debo de ser el único ser humano que deja de fumar y adelgaza